lunes, 10 de noviembre de 2008

La cultura del miedo


Tan fácil es vender el miedo como lo es vender pan cada mañana. Solo necesitas ponerlo a mano y generar esa necesidad que, de tanto alimentarse, termina siendo sembrada como imprescindible. La mente humana, que fracasa tan a menudo en su continuo intento de ser valiente, es tan débil que poco tarda en doblegar sus rodillas al menor atisbo de peligro, aunque ese peligro solo viva en aquellos que necesitan de él para poder hacer prevalecer su palabra.

Hace poco de cumplieron 70 años de la mítica emisión radiofónica que hizo Orson Wells de la obra de H. G. Wells, “La guerra de los mundos” en la que consiguió llegar a lo más ingenuo de los hombres que salieron a la calle aterrados por esos marcianos que habían llegado a conquistar La Tierra, sin darse cuenta en su ignorancia de que no se trataba más que de una recreación dramatizada de un libro de ciencia ficción.
Tan simple es el ser humano. Tan frágil, asustadizo y fácil de manipular, capaz de tragarse un vaso de agua vendido como un vino de crianza. Tan estúpido a veces como para dejar de un lado sus creencias, su propia opinión, para tomar prestada la palabra de otros, y dejar que piensen por él. Tan vacío que del miedo hacen su estandarte y el objeto de sus actos, escuchando como borreguitos a aquellos más espabilados que hacen de nosotros títeres sin voz, ni voto, ni voluntad.

Desde aquella emisión de radio de 1938 han pasado muchos años, pero el hombre no parece haber cambiado. Seguimos cayendo en las mismas trampas, seguimos siendo igual de inocentes creyéndonos los demonios que otros nos venden, solo que ahora ya no se les llama marcianos, se les llama radicales, se les llama salvajes… y eso solo por tener sus propias ideas, sin darse cuenta de que el mayor enemigo que tenemos somos nosotros mismos.
Ahora me estoy leyendo esa “La guerra de los mundos” a ver si es solo un cuento… o acabo huyendo a las montañas. Bueno, conociéndome, iré haciendo las maletas.

No hay comentarios: