
Trató de recomponerse con un suspiro entrecortado y se levantó. La dura mirada del doctor desencajó aun más su rostro.
-No pudimos hacer nada por el niño
El hombre sintió como su corazón reventaba dentro de su pecho. En un instante toda la fuerza que albergaba su cuerpo, le abandonó.
-Pe… pero… ¿cómo ha podido pasar? I… iba bien atado a su silla. – balbució
-Cuando su coche volcó, la cabeza del crio se golpeó con la ventanilla. Su cuerpo era aún muy frágil para soportarlo.
-No, ¡no!, mi hijo… mi hijo… como ha podido pasar… - lloraba
La voz del doctor se volvió fría y recia.
-Usted podría haberlo evitado
El hombre, aun tambaleándose, lo miró atónito
-¿Evitado?, ¿Cómo cree usted que podría haberlo evitado? Quién se cree usted…
Entonces el sentenció
-Hubiera bastado con que usted no hubiera bebido.