
Todo había cambiado mucho.
Su memoria no lograba despertar, de su letargo de tantos años, los recuerdos que guardaba. Pensaba que se emocionaría pero se sintió extraño, como si estuviera lejos de casa, pese a que era el día en que por fin volvía a ella. Había pasado demasiado tiempo, demasiados años desde que la guerra y el destierro, siendo niño, le hicieron marchar en ese tren que hoy, setenta años después, de nuevo le devolvía a casa.